Jerzy Kosinski
EL PULPO
Fui al zoológico para ver a un pulpo sobre el cual había leído. Estaba alojado en un acuario y se alimentaba de cangrejos y peces vivos, de almejas… y de sí mismo. Mordisqueaba sus propios tentáculos, consumiendo uno tras otro.
Evidentemente, el pulpo se suicidaba poco a poco. Un empleado del zoológico explicó que, en la región donde lo habían capturado, se le creía un dios de la guerra, que profetizaba la derrota cuando miraba hacia tierra y la victoria cuando miraba hacia el mar; ese ejemplar, afirmaban los nativos, sólo había mirado hacia tierra cuando lo capturaron. Un hombre observó festivamente que, al comerse a sí mismo, el pulpo reconocía presuntamente su derrota.
Cada vez que se mordía, algunos espectadores se estremecían, como si les devoraran sus propias carnes. Otros, permanecían impasibles.
Jerzy Kosinski
Pasos
Buenos Aires, Losada, 1969, p. 29
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