martes, 29 de diciembre de 2015

Max Aub / Alpargatas



Max Aub
ALPARGATAS

Los hombres, de tanto andar, y por carencia de alas, no pueden llevar los pies descalzos. Cúbrense con la carroña de reses muertas, llámanlos los zapatos: hay que reconocer que preservan algo del agua y del lodo. La Cruz Roja ha enviado al campo quinientos pares de alpargatas, para que sean repartidas entre los internados; es un zapato de lona y mejor que nada. Tiénenlos en los almacenes, guardados, quién sabe en espera de qué. El viejo Eloy Pinto, de sesenta y cinco años de edad, carnicero, cojo, pidió un par de buenas botas a un guardia joven. Le hicieron barrer y lavar el cuartel, le dijeron que volviera al día siguiente: le darían las alpargatas. Ocho días se repitió la escena. El viejo, ya cansado, se las pidió al ayudante:

—¡Ah!, ¿con que quieres alpargatas, eh? Y no quieres trabajar. Y comer, sí que comes, ¿no? Para comer no faltas a la lista, ¿no?

El viejo calló, miró sus pies envueltos en trapos, levantó, lentamente, la vista. El ayudante le escupió a la cara, y siguió:

—Supongo que tendrás la conciencia tranquila, ¿no? ¿No decís eso? Pues póntela en los pies.



lunes, 28 de diciembre de 2015

Felipe Garrido / Monedas



Felipe Garrido
Monedas

Yo lo vi todo, pero no pude hacer nada. Mi hermano estaba sacando unas monedas del cajón de la cocina. Volvió a contarlas y las guardó en el bolsillo derecho del pantalón. Cerró el cajón con cuidado, despacito, para no hacer ruido. Luego dio media vuelta y se quedó petrificado. Recargada en el vano de la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho, mamá había observado el saqueo. Es para comprar un cuaderno, mintió. Te lo iba a pedir, volvió a mentir. Mamá lo miraba callada. El dinero no sobraba en casa. Los tres lo sabíamos. Yo estaba asustado porque a veces también yo iba al cajón y sacaba unas monedas. Para una paleta, para una rebanada de jícama, para unas papas con chile y limón. Mi madre no abría la boca. Gabriel metió la mano al bolsillo, para devolver la lana, pero mamá lo detuvo con un gesto. ¿Y para qué creen ustedes que yo dejo allí esas monedas?, nos dijo sin alzar la voz y se fue por el corredor para que no la viéramos llorar.





jueves, 24 de diciembre de 2015

Katherine Mansfield / Madre



Katherine Mansfield
BIOGRAFÍA
MADRE


-¿Por qué sonríes siempre? -dijo con severidad-. Si supieras en qué pienso, no tendrías ganas de sonreír.



Katherine Mansfield
"En la bahía"
En la bahía
Barcelona, Bruguera, 1982, p. 48





MOTHER

by Katherine Mansfield
BIOGRAPHY

“Why do you keep on smiling?” she said severely. “If you knew what I was thinking about, you wouldn’t.”

Katherine Mansfield / At the Bay


lunes, 21 de diciembre de 2015

Katherine Mansfield / La mosca en la tinta

Ilustración de Triunfo Arciniegas

Katherine Mansfield
BIOGRAFÍA

LA MOSCA EN LA TINTA

En aquel momento el jefe se dio cuenta de que una mosca se había caído en el gran tintero y estaba intentando infructuosamente pero con desesperación volver a salir. ¡Socorro, socorro!, decían aquellas patas mientras forcejeaban. Pero los bordes del tintero estaban mojados y resbaladizos. Volvió a caer dentro y se puso a nadar. El jefe tomó una pluma, extrajo la mosca de la tinta y la depositó con una sacudida en un pedazo de papel secante. Durante una fracción de segundo la mosca se quedó quieta sobre la mancha oscura que se ensanchaba a su alrededor. Después las patas delanteras se agitaron, se afianzaron y, levantando su cuerpecillo empapado, empezó la inmensa tarea de limpiarse la tinta de las alas. Por encima y por debajo, por debajo y por encima, pasaba la pata por el ala, como lo hace la piedra de afilar por la guadaña. Luego hubo una pausa mientras la mosca, aparentemente de puntillas, intentaba abrir primero un ala y luego la otra. Por fin lo consiguió, se sentó y empezó a limpiarse la cara, como un diminuto gato. Ahora uno podía imaginarse que las patitas delanteras se restregaban con facilidad, alegremente. El horrible peligro había pasado; se había salvado; estaba preparada de nuevo para la vida.


Katherine Mansfield / La mosca




Illustration by Triunfo Arciniegas



THE BOSS AND THE FLY

by Katherine Mansfield
BIOGRAPHY

At that moment the boss noticed that a fly had fallen into his broad inkpot, and was trying feebly but desperately to clamber out again. Help! Help! said those struggling legs. But the sides of the inkpot were wet and slippery; it fell back again and began to swim. The boss took up a pen, picked the fly out of the ink, and shook it on to a piece of blotting-paper. For a fraction of a second it lay still on the dark patch that oozed round it. Then the front legs waved, took hold, and, pulling its small, sodden body up, it began the immense task of cleaning the ink from its wings. Over and under, over and under, went a leg along a wing as the stone goes over and under the scythe. Then there was a pause, while the fly, seeming to stand on the tips of its toes, tried to expand first one wing and then the other. It succeeded at last, and, sitting down, it began, like a minute cat, to clean its face. Now one could Imagine that the little front legs rubbed against each other lightly, joyfully. The horrible danger was over; it had escaped; it was ready for life again.

Katherine Mansfield / The Fly
The Doves' Nest, and other stories [1923]






domingo, 20 de diciembre de 2015

Katherine Mansfield / Ha muerto un hombre




Katherine Mansfield
BIOGRAFÍA
HA MUERTO UN HOMBRE

-Mamá, ha muerto un hombre -dijo Laura.
-Pero, ¿no en el jardín? -interrumpió la madre.
-¡No, no!
-Ah, qué susto me has dado!

Katherine Mansfield, "Garden-Party" (Fiesta en el jardín)
En la bahía
Barcelona, Bruguera, 1981, p. 167




A MAN´S BEEN KILLED
By Katherine Mansfield
BIOGRAPHY


"Mother, a man's been killed," began Laura. 
"Not in the garden?" interrupted her mother. 
"No, no!" 
"Oh, what a fright you gave me!"

Katherine Mansfield / The Garden Party


viernes, 18 de diciembre de 2015

Katherine Mansfield / Familia feliz

Ilustración de Triunfo Arciniegas
Katherine Mansfield
BIOGRAFÍA
FAMILIA FELIZ

Somos una familia feliz desde que mi querido esposo murió.

Katherine Mansfield
"Frau Fischer"
En el balneario alemán
Bruguera, Barcelona, 1981, p. 36




A HAPPY FAMILY
by Katherine Mansfield
BIOGRAPHY

"We are such a happy family since my dear man died."


Katherine Mansfield
"Frau Fischer"
In a German Pension



domingo, 13 de diciembre de 2015

Rafael Pérez Estrada / El resucitador



Rafael Pérez Estrada
EL RESUCITADOR


Señalándome a un hombre de gran dignidad, me dijeron: Ése es el resucitador; y como yo preguntara detalles, me explicaron que sólo podía resucitar a aquellos cuya muerte representara para la patria y la cosa pública una pérdida irreparable.


Todos confiaban en este hombre, y al punto creían en su capacidad prodigiosa para devolver a los muertos de su eterno reposo. Mas cuando inquirí sobre el número de sus milagros, ésta fue la respuesta: Nunca ha resucitado a nadie, porque nadie nos ha parecido imprescindible. Sin embargo, el hombre actuaba como sihubiera devuelto de las sombras a toda una nación.