Triunfo Arciniegas
EL JUEGO
EL JUEGO
Como no admiten mujeres en el salón de juegos, los hombres cuelgan la suya en el ropero y la reclaman al final de la jornada. A veces, debido a la embriaguez o el cansancio, la desilusión de la derrota o el éxtasis de la victoria, se confunden de mujer y se llevan la del prójimo a casa hasta el siguiente juego.
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