lunes, 27 de febrero de 2012

Bohumil Hrabal / Las cenizas de mi madre

Ilustración de Nancy Wiseman
Bohumil Hrabal
LAS CENIZAS DE MI MADRE

Al cabo de un mes recibí la urna con las cenizas de mi madre, la llevé a casa de mi tío y al entrar en su jardín, él exclamó a grito pelado… Hermanita mía, ¡ayayay!, qué manera de volver… Le pasé la urna y mi tío la sopesó… No es que haga mucho bulto, la pobrecita, ella que en vida pesaba setenta y cinco kilos… Después de pesar la urna en una balanza se sentó para hacer los cálculos y llegó a la conclusión de que faltaban cincuenta gramos de mi madre. Y colocó la urna en lo alto del armario; un día de verano, mientras binaba los nabos, se le pasó por la cabeza que a su hermana, mi madre, le encantaban los nabos, de modo que cogió la urna, la abrió con un abrelatas y esparció las cenizas de mi madre sobre los nabos que más tarde nos zampamos.



Bohumil Hrabal
Una soledad demasiado ruidosa
Buenos Aires, Ediciones Destino, 1990



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