sábado, 28 de diciembre de 2013

María del Rosario Laverde / Bipolar

Amanecer
Fotografía de Triunfo Arciniegas

María del Rosario Laverde
BIPOLAR


La primera vez que me invitó a cenar me preguntó si yo era bipolar. Temía llevarse una sorpresa como la que se había llevado en su anterior relación. Menos mal no preguntó si era una asesina, no me parece correcto decir mentiras.


lunes, 23 de diciembre de 2013

Miguel Gomes / Cotidiana




Miguel Gomes
COTIDIANA

Tras una discusión, coloqué a mi mujer sobre la mesa, la planché y me la vestí. No me sorprendió que resultara muy parecida a un hábito. 



Miguel Gómes 
Visión memorable 
Fundarte, Caracas,1987


sábado, 21 de diciembre de 2013

Andrés Neuman / Sipnosis del hogar


Andrés Neuman
SIPNOSIS DEL HOGAR

Amo a mi hermana.
Mi hermana ama a mi padre.
Mi madre amó a mi padre.
Mi padre no ama a nadie.







miércoles, 18 de diciembre de 2013

domingo, 15 de diciembre de 2013

Angel Olgoso / Ulises


Angel Olgoso
ULISES

Yo, el paciente y sagaz Ulises, famoso por su lanza, urdidor de engaños, nunca abandoné Troya. Por nada del mundo hubiese regresado a Ítaca. Mis hombres hicieron causa común y ayudamos a reconstruir las anchas calles y las dobles murallas hasta que aquella ciudad arrasada, nuevamente populosa y próspera, volvió a dominar la entrada del Helesponto. Y en las largas noches imaginábamos viajes en una cóncava nave, hazañas, peligros, naufragios, seres fabulosos, pruebas de lealtad, sangrientas venganzas que la Aurora de rosáceos dedos dispersaba después. Cuando el bardo ciego de Quíos, un tal Hornero, cantó aquellas aventuras con el énfasis adecuado, en hexámetros dáctilos, persuadió al mundo de la supuesta veracidad de nuestros cuentos. Su versión, por así decirlo, es hoy sobradamente conocida. Pero las cosas no sucedieron de tal modo. Remiso a volver junto a mi familia, sin nostalgia alguna tras tantos años de asedio, me entregué a las dulzuras de las troyanas de níveos brazos, ustedes entienden, y mi descendencia actual supera a la del rey Príamo. Con seguridad tildarán mi proceder de cobarde, deshonesto e inhumano: no conocen a Penélope.



jueves, 12 de diciembre de 2013

Angel Olgoso / Conjugación


Angel Olgoso
CONJUGACIÓN

Yo grité. Tú torturabas. Él reía. Nosotros moriremos. Vosotros envejeceréis. Ellos olvidarán.



lunes, 9 de diciembre de 2013

Angel Olgoso / Un mélange mitológico




Ángel Olgoso
UN MÉLANGE MITOLÓGICO

Brama se enamoró deshonestamente de la joven Tilottama. Zeus raptó a Europa convertido eventualmente en toro y engañó a Leda, Ganímedes y Dánae transformándose, respectivamente, en cisne, águila y lluvia de oro. Shiva cometió adulterio titánicamente con más de dos mil ermitañas. Ixión satisfizo considerablemente su deseo con Néfele, nube creada por Zeus a semejanza de su esposa Hera. Prajapati le hizo el amor premeditadamente a su propia hija. Bóreas se enamoró de un grupo de yeguas jóvenes y se mudó en caballo para poder montarlas óptimamente. El Dios del viento fornicó jovialmente con una mona… ¿por qué entonces ha de abstenerse un escritor inexperto de yacer a voluntad con los adverbios acabados en mente?


Ángel Olgoso
La máquina de languidecer 
Páginas de Espuma, Madrid, 2009







viernes, 6 de diciembre de 2013

Angel Olgoso / Monstruo

Monstruo
Eje Central Lázaro Cárdenas, México DF, 2013
Foto de Triunfo Arciniegas

Angel Olgoso

MONSTRUO


— ¡Eres un monstruo! —le grito ella. Él asintió con lo que parecía su cabeza.




martes, 3 de diciembre de 2013

Angel Olgoso / Los ojos


Angel Olgoso
LOS OJOS

Me sucede en ocasiones, al contemplar con detenimiento los ojos de mi esposa, que no veo por un instante su delicada forma almendrada, casi bizantina, ni el centelleo de sus pupilas de color oporto, su calidad de espejo, de prístino horizonte de eternidad, sino dos canicas monstruosas, de presencia simétrica y desencajada, dos esferas blancas, atroces, desproporcionadas, carentes de párpados y pestañas, que se hospedan precariamente en el reborde de las órbitas; y, si no aparto pronto mi mirada, creo sufrir el nervioso asedio de dos globos de cristal soplado que pertenecieran a la cabeza de un pesadillesco limúlido de las profundidades.

Nada hay más difícil que asimilar la realidad escondida bajo la superficie, esto explica que ya nunca bese sus labios, una rendija tibia, fina y apenas entreabierta, pero del tamaño suficiente como para permitir que asomen los dientes, esos huesos desnudos.



domingo, 1 de diciembre de 2013

Nuria Mendoza / Giros

Oporto
Fotografía de Nuria Mendoza
Nuria Mendoza

GIROS

Anoche discutimos por el mando de la tele. Pero luego, en la cama, nos acariciamos un poco, y susurró mañana eliges tú el programa, amor. Y también: puede que tengas razón y sea buen momento. Me subió el camisón, y por una vez no alargó la mano hasta el primer cajón de la mesilla, sino que entró desnudo y tembloroso, como un adolescente, y siguió invocando con palabras al hijo que no sabíamos imaginar.

Esta mañana nos levantamos a las siete. Mientras me duchaba, hizo el café. Al salir del baño me extrañó no oírlo silbar. Me acerqué a la cocina a medio vestir, con el pelo mojado. Pero estaba vacía: sólo encontré la jarra de leche dando vueltas en el microondas. Me he quedado un rato mirando la puerta de cristal. Fijamente. Como quien se asoma a su futuro. La leche burbujeó, lamió el borde del recipiente, y se ha desparramado en dibujitos que igual significan algo. Aunque yo, francamente, no entiendo nada.





jueves, 28 de noviembre de 2013

Nuria Mendoza / Princesa


Nuria Mendoza
PRINCESA


El chico me gustaba. Cerré los ojos, cuando se acercó: pensé que por fin iba a besarme. El dolor me atravesó por sorpresa. Ahora me tiene clavada en un corcho, en su habitación. Y ni siquiera me mira.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Nuria Mendoza / Pura lascivia


Nuria Mendoza
PURA LASCIVIA

Voy a ser directa: tu esponja y la mía tienen un lío. Lo he descubierto esta mañana, en el baño.

Tu esponja -tan estilizada, pero de curvas marcadas- estaba poniendo a cien a la mía, que de repente me parecía un poco masculina, más tosca en su superficie, como si necesitara un afeitado.

Cuando me duchaba, las vi frotarse sin disimulo. Aprovechaban el agua caliente para abrir sus poros como bocas y exfoliarse en posturas admirables. Mi esponja cabalgaba a la otra, que se expandía, se acoplaba, se retorcía empapada y pedía a gritos un poco de gel. Hasta parecían oírse gemidos, no exagero.

Eso por no hablar de los botes de champú: el mío, cuadrado y ancho de espaldas, se estaba insinuando descaradamente al tuyo, pequeñito y coqueto.

Y mejor no sigo, porque a la hora de secarme me pareció que entre mi albornoz y tu toalla se fraguaba algo.

En mi baño están en pie de guerra, y tú tan lejos. 


Nuria Mendoza
Mar de pirañas. Nuevas voces del microrrelato español
Edición de Fernando Valls 
Ed. Menoscuarto,2012




jueves, 21 de noviembre de 2013

Cristina Peri Rossi / Dedicatoria


Cristina Peri Rossi 
DEDICATORIA

La literatura nos separó: todo lo que supe de ti
lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras.




miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cristina Peri Rossi / Vida cotidiana

Bufanda, dólares y pasaporte
Quito, 2011
Foto de Triunfo Arciniegas
Cristina Peri Rossi
VIDA COTIDIANA


Me alcanza la bufanda y amorosamente me sonríe: tiene la esperanza que al llegar a la esquina una ráfaga de viento me ahorque o que yo decida suicidarme con la aguja con la que me ha cosido la camisa. Tomo la bufanda y dejo la sonrisa: tal vez sea cierto que afuera hace frío.




Cristina Peri Rossi
Por fin solos
Barcelona, Lumen, 2004, p.91



viernes, 15 de noviembre de 2013

Cristina Peri Rossi / Nunca


Cristina Peri Rossi
NUNCA


Nunca he estado en Vermont ni en Nueva York ni en Nebraska.
    Llevo treinta años en esta pieza que no conozco bien y a veces cuando me inclino a dejar los zapatos hago algún descubrimiento; descubro por ejemplo que ayer hemos empapelado las paredes, que tendiste los pañuelos del respaldo de la cama o que las colillas del cigarrillo se han secado sobre el suelo. Pienso entonces en el abismo infinito del espacio.




Cristina Peri Rossi
Por fin solos
Barcelona, Lumen, 2004, p.85