viernes, 30 de agosto de 2024

Mariana Enriquez / Sombra

Ilustración: Dr. Alderete

Mariana Enriquez

Sombra

El rumor decía que iban a rebelarse los espejos. Que dejarían de reflejarnos, es decir, que ya no reproducirían nuestros movimientos, ni nuestros gestos. El reflejo nos sacaría la lengua, cerraría los ojos cuando nosotros los abríamos, nos mostrarían la nuca en vez de la nariz. Y hasta podría aparecer una cara totalmente distinta a la nuestra en el espejo, para volvernos locos. Pero eso nunca sucedió y la desobediencia fue más sutil. Fueron las sombras quienes dejaron de reproducir nuestros movimientos. En muchos casos se atrasaban de modo que uno podía caminar varias cuadras sin su sombra, que se quedaba en alguna pared moviendo los brazos, haciendo una extraña danza de liberación. Por lo general las sombras permanecían cerca pero todos sus movimientos eran distintos, como si tuvieran vida y decisiones propias. No eran peligrosas: mantenían su condición de apéndice del cuerpo, aunque se temía una rebelión total de sombras y ahora el rumor era que, tarde o temprano, iban a adquirir volumen y entonces serían imparables como un ejército de dobles oscuros.

El año de la rata
Libros del Zorro Rojo / Ediciones Alboroto, 2021


martes, 27 de agosto de 2024

Mariana Enriquez / Hotel Fetish

Mariana Enriquez

Motel Fetish

Las bailarinas del “Lucky Devil”, en Portland, se desesperaron cuando el strip club cerró el 16 de marzo de 2020: orden de cuarentena. Ellas no cobran un sueldo: dependen de propinas. Y no pueden aplicar al seguro de desempleo del Estado porque su servicio está excluido: no se otorga a los “espectáculos en vivo de naturaleza sexual”. El dueño, entonces, transformó la cocina del local en delivery y take-away pero, para que las chicas sostengan sus trabajos, las convirtió a ellas en repartidoras, con show adicional para los automovilistas que pasaban a buscar la comida. Si hay mucha gente, los hambrientos pueden quedarse durante una canción entera. Si el local no está muy concurrido, pueden permanecer más tiempo. El servicio del drive-through se llama “Food 2 Go-Go,” y cuesta 30 dólares; el club tiene protocolos sanitarios que incluyen máscaras, guantes y chequeos de temperatura. Medias de red, botas hasta la rodilla, cuero sobre la cara, antifaces protectores. Después del show las chicas del “Lucky Devil” se relajan, se sacan la ropa y se arrancan de los pezones las cruces de cinta negra que usan para evitar estar completamente desnudas en público, lo que las llevaría a incumplir alguna (otra) norma.


El año de la rata
Libros del Zorro Rojo / Ediciones Alboroto, 2021


viernes, 16 de agosto de 2024

Sofi Oksanen / Mi madre

 




Sofi Oksanen
MI MADRE


MI MADRE SIEMPRE usa ropa interior lo más fea y gastada posible. No la compra de segunda mano, eso le da asco, pero busca y rebusca en las rebajas la ropa que sienta mal, y mejor si tiene fallos de fábrica. Mi madre dice que quiere ahorrar. En los mercadillos encontraría cosas mejores a un precio mucho menor, le propone Anna, pero su madre rechaza categóricamente su propuesta.
Anna, en cambio, solo utiliza ropa interior negra.
Según su madre eso no tiene nada de raro. Le dice eso y después le cuenta que ella dejó de vestir de negro después de enterrar a su madre. Que no hay nada extraño en que Anna use solo ropa interior negra. Además, Anna es muy joven.
Pero la madre de Anna no puede imaginarse con ropa negra —rechaza la idea airada, como también rechaza a todas las mujeres de su edad con ropa interior negra—. Una conocida suya la usa. Mi madre lo comenta con Anna y deja entrever que su amiga es un poco..., bueno, algo así como una eterna segundona. Esa eterna segundona visita de vez en cuando a mi madre y se queja de que ningún hombre la toma en serio y que incluso aquel con el que iba a casarse cambió de opinión en el último momento porque a la eterna segundona le dio un cáncer de útero, del que, por cierto, se recuperó. La eterna segundona quiere dejar su estudio de alquiler y sale a dar una vuelta con mi madre por los alrededores de nuestra casa: va buscando un hombre adecuado que tenga casa propia. Mi madre me dice que está comprobado que las mujeres que tienen varias relaciones son mas propensas a padecer cáncer de útero. Cuantas más relaciones, más probable el cáncer.
En un rincón del armario, Anna encuentra un camisón rojo de encaje y una bata a juego. Mi madre explica que se los ha dado la eterna segundona, que se equivocó de talla al comprarlos. Y ella no pudo sino aceptarlos, porque era un regalo. Aunque, por supuesto, no pensaba utilizarlos. Años después, Anna iba a coger el conjunto sin pedir permiso, y la madre no diría nada al verlo en la cesta de la ropa sucia de su hija.
Mi madre tampoco dice nada cuando, al deshacer las maletas de papuchi, ve entre su ropa sucia unos sostenes negros, simplemente los aparta y, más tarde, en cada discusión, no se olvida de mencionarlos, «esos sostenes negros, ya sabes a lo que me refiero». En realidad son bastante caros, dice Anna al cogerlos para ella antes de que su madre los tire a la basura, limpios y caros: de Chantelle.


Sofi Oksane
Las vacas de Stalin





miércoles, 14 de agosto de 2024

Sofi Oksanen / 1949

 




Sofi Oksanen
1949

El 5 de abril de 1949 Arnold firma un documento por el que hace entrega voluntaria de sus propiedades a la Asociación Agraria Común. Al menos así dejarán en paz a Sofia y a sus hijas.

Los deportados a Siberia firman un documento por el que declaran que su marcha es voluntaria.