Ambrose Bierce
LA VIUDA INCONSOLABLE
Una mujer con gasas de luto
lloraba sobre una tumba…
—Consuélese, señora —dijo un
simpático forastero–. La misericordia del cielo es infinita. Habrá otro hombre,
en alguna parte, además de su marido, que todavía puede hacerla feliz.
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