lunes, 31 de enero de 2011

Álvaro Mutis / Saudade


Diane Varner_Pure peace

Álvaro Mutis
SAUDADE

Tengo un sueño recurrente que, por cierto, hace rato no viene. Es algo que me produce alegría y tristeza al mismo tiempo. Sueño que regresa mi padre. Se sienta en el estudio y empieza a hablarme de mis libros, mientras yo me pregunto en dónde habrá estado todos estos años. Pero pienso que ya está aquí, y que no tiene sentido pedirle una explicación. Entonces, más bien, le cuento que he seguido leyendo a Chateubriand, a Saint-Beuve y a Michelet, que tanto le gustaban. Al cabo de un rato pienso que mi padre se va a quedar en casa, pero al despertar compruebo que tan sólo ha venido de visita.

Fernando Quiroz
El reino que estaba para mí
Conversaciones con Álvaro Mutis

Andrew Wyeth_Wind from the Sea

SAUDADE

Translated from the Spanish by C. D. Hernández

I have a recurring dream that has not been here in some time. It is something that gives me both joy and sadness at the same time. I dream that my father returns. He sits in the studio and begins to speak of my books, while I wonder where he has been all these years. But I realize that he is here, and it makes no sense to ask for an explanation. Instead, I tell him that I continue to read Chateaubriand, Sait-Beuve, and Michelet, whom he admired. After a while, I start believing that my father is going to stay home, but when I awaken I see that he has only come to visit.

Fernando Quiroz
The kingdom that was meant for me
Conversations with Alvaro Mutis

Lea, además

domingo, 30 de enero de 2011

Dino Buzzati / Bumerang

Diane Varner, Shipwrecked

Dino Buzzati
BUMERANG
Versión de Triunfo Arciniegas
Amanece con la noticia de su enfermedad y se lo dice a todo el mundo. El rumor se riega como pólvora y finalmente a él mismo regresa. Así se entera de que está muy grave. Las sospechas se hacen certezas y empeoran. Entonces vuelve a lanzar la noticia en un tono catastrófico y espera ansioso. Amplificada de boca en boca, finalmente la noticia lo alcanza por segunda vez, como un bumerang. De este modo se entera de su propia muerte.

Fotografía de Tina Modotti

Dino Buzatti
BOOMERANG

Translated by Verónica Arciniegas

He wakes up with the news of his illness and tells everybody. The rumor spreads like wildfire and finally comes back to him. In that way, he learns that it is very serious.  Suspicions become certainties and get worse. Then, he puts out the news again in a catastrophic tone and he waits anxiously. Amplified by word of mouth, the news finally reaches him for the second time, like a boomerang. Like this, he learns about his own death.




sábado, 29 de enero de 2011

Petronio / El lobo

Ilustración de Virgie Pyrate

Petronio
EL LOBO

         Logré que uno de mis compañeros de hostería —un soldado más valiente que Plutón— me acompañara. Al primer canto del gallo emprendimos la marcha; brillaba la luna como el sol a mediodía. Llegamos  a unas tumbas. Mi hombre se para; empieza a conjurar astros; yo me siento y me pongo a contar las columnas y a canturrear. Al rato me vuelvo hacia mi compañero y lo veo desnudarse y dejar la ropa al borde del camino. De miedo se me abrieron las carnes; me quedé como muerto: Lo vi orinar alrededor de su ropa y convertirse en lobo.
         Lobo, rompió a dar aullidos y huyó al bosque.
         Fui a recoger su ropa y vi que se había transformado en piedra.
         Desenvainé la espada y temblando llegué a casa. Melissa se extrañó de verme llegar a tales horas. “Si hubieras llegado un poco antes”, me dijo, “hubieras podido ayudarnos: Un lobo ha penetrado en el redil y ha matado las ovejas; fue una verdadera carnicería; logró escapar, pero uno de los esclavos le atravesó el pescuezo con la lanza.”
         Al día siguiente volví por el camino de las tumbas. En lugar de la ropa petrificada había una mancha de sangre.
         Entre en la hostería; el soldado estaba tendido en un lecho. Sangraba como un buey; un médico estaba curándole el cuello.

Petronio
Satiricón, cap. LXII


Ilustración de Kerast Jimmy

Petronio

THE WOLF

Translated by Verónica Arciniegas


I persuaded one of my inn partners –a soldier braver than Pluto- to go with me. When the first cock crowed we began the journey, the moon shone like the sun at noon. We arrived at some graves. My friend stood up, he started to conjure stars. I sat down and I began to count the columns while I was crooning. After a while, I turned to my partner and I saw him get undressed and put the clothes on the roadside. I was horrified, I felt like a dead man. I saw him urinating around his clothes and becoming a wolf.
Wolf, burst into howls and ran away to the forest.
I went to pick up his clothes and I saw they were transformed into stone.
I drew my sword and arrived home shaking. Melissa was surprised to see me returning at such an hour. “If you would have arrived a little earlier” she told me, “you would have been able to help: a wolf has penetrated into the fold and killed the sheep, it was a real massacre, he managed to escape   but one of the slaves went through his neck with a spear.
          The next day I went back on the path of the graves. Instead of the petrified clothes, there was a blood stain.
         I entered the inn; the soldier was lying on a bed. Bled like an ox; a doctor was curing his neck.


viernes, 28 de enero de 2011

James George Frazer / La dama que no podía morir


Fotografía de Karina Marandjian
James George Frazer
LA DAMA QUE NO PODÍA MORIR

Otro relato, recogido cerca de Oldenburg, en el Ducado de Holstein, trata de una dama que comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede anhelar el corazón, y que deseó vivir para siempre. En los primeros cien años todo fue muy bien, pero después empezó a encogerse y arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni comer ni beber. Pero tampoco podía morir. Al principio la alimentaban como si fuera una niñita, pero llegó a ser tan diminuta que la metieron en una botella de vidrio y la colgaron en la iglesia. Todavía está ahí, en la iglesia de Santa María, Lübeck. Es del tamaño de una rata, y una vez al año se mueve.


James George Frazer
Balder the Beautiful

Fotografía de Anja Millen


James George Frazer
THE LADY WHO COULD NOT DIE

Another story, collected near Oldenburg; in the Duchy of Holstein, is about a lady who ate and drank merrily and she had everything as a heart could desire and wanted to live forever. In the first hundred years everything was fine, but then she began to shrink and shrivel until she could not walk or stand, or eat or drink, but she could not die either. At first, she was fed like a little girl, but she was so tiny that she was put inside a glass bottle and hung in the church. She is still there, in the church of Santa María, Lübeck.  She is the size of a rat, and once a year she moves.




jueves, 27 de enero de 2011

Patricia Highsmith / La mano


Fotografía de Flor Garduño

Patricia Highsmith
LA MANO

Un joven pidió a un padre la mano de su hija y la recibió en una caja. Era su mano izquierda.



Patricia Highsmith
THE HAND
A young man asked a father for his daughter’s hand, and received it in a box — her left hand.





LA TELARAÑA DE PATRICIA HIGHSMITH


Dos frases afortunadas definen con acierto su vida y su obra. “Leer una novela de Patricia Highsmith es como tomar el té con una peligrosa bruja”. Javier Coma cita la frase pero no el autor. La otra es todavía más feliz y pertenece al renombrado crítico de The Observer Maurice Richardson: “La autora escribe sobre los hombres como una araña escribiría sobre las moscas”. Considerada, sobre todo en Estados Unidos, como una escritora de novela negra, un género menor, Patricia Highsmith es sin duda un peso pesado de la literatura. Dostovieski, Proust y Henry James son autores claves en su formación. Peter Handke y Graham Green pertenecen a su club de admiradores. Green juzga The Tremor of Forgery (El temblor de la falsifición) como la mejor de sus novelas.  La autora, implacable con su propia obra, en sus últimos días, y según lo confiesa Elena Gosálvez, se sentía orgullosa solamente de esta obra. En el prólogo de Eleven, Green  considera a Highsmith  “una poeta de la aprensión y el recelo más que del miedo”. El miedo puede narcotizar con el tiempo, pero “el recelo hace vibrar los nervios suave e inescapablemente”. Uno pasa las páginas de sus novelas con el sigilo de un ladrón o como si allí se escondiera una alimaña dispuesta a saltar al rostro del lector.
Patricia Highsmith nació en Fort Worth, Texas, el 19 de enero (como Edgar Allan Poe) de 1921, y creció en Greenwich Village, el famosísimo barrio bohemio de Nueva York. Sus progenitores se divorciaron cuatro meses antes de su indeseado nacimiento y sólo conoció al padre biológico, Jay Bernard Plangman, a los doce años. La madre, Mary Coates, una artista comercial, se casó con Stanley Highsmith, otro ilustrador, y Patricia heredó el apellido de un hombre que nunca soportó e incluso odió a primera vista. Confundida y retraída, atormentada por evidentes problemas de identidad, Patricia Highsmith pasó la mayor parte de sus primeros años con la abuela materna, Willi Mae. “Desde muy pequeña aprendí a vivir con un intenso odio que me hacía tener sentimientos asesinos”, confesó alguna vez. Pintar, esculpir y escribir se convirtieron en tempranas aficiones. Estudió en el Barnard Collegue literatura inglesa, griego y latín, y se graduó en 1942. Decidida a ser escritora, publicó en Harper’s Bazaar a los 24 años su primer cuento, “The Heroine” (“La heroína”), una pequeña pieza maestra.
Su primera novela, Strangers on a Train (Extraños en un tren) se publicó en 1951 y al año siguiente fue llevada al cine por Alfred Hitchcock, con el guión de Raymond Chandler. La segunda novela, The Price of Salt (El precio de la sal), de tema lésbico, fue publicada bajo el seudónimo de Claire Morgan en 1952, y reconocida por su autora en 1984, cuando se reeditó como Carol. En su última novela, Small G, a Summer Idilly, como para redondear su obra, retoma el tema de la homosexualidad femenina. Highsmith publicó veinte novelas y siete colecciones de cuentos. Sus novelas más admiradas tal vez sean las cinco que dedicó a las aventuras criminales de Tom Ripley, un antihéroe, asesino y amoral. Alain Delon, dirigido por René Clément, lo representa en Plein Soleil. El director Wind Wenders probó suerte con el mismo personaje y el talento de Dennis Hopper en Der Amerikanische Freund (El amigo americano). Liliana Cavani, por su parte, dirigió a John Malkovich en The Ripley’s Game. Matt Damon, Barry Peppers y Jonathan Kent también encarnaron al malvado Thomas Ripley.
Highsmith pasó la mayor parte de su vida sola. Su adicción al alcohol, adquirida desde la adolescencia, se agudizó hasta el punto que bebía desde que se levantaba hasta que se acostaba. Ginebra, vodka y cerveza en la mañana, y wisky el resto del tiempo. Fumadora empedernida. Sus relaciones amorosas, una mezcla de placer y dolor, siempre fueron fugaces. Reacia a hablar de su vida privada, mantuvo un detallado diario sobre sus días y su trabajo en más de cien cuadernos que ahora son la delicia de los biógrafos. Hizo su primer viaje a Europa con los 6.800 dólares que le pagaron por los derechos cinematográficos de Extraños en un tren, y allí vivió (primero en Reino Unido y luego en Francia) la mayor parte de su vida adulta. En 1963 se estableció en Suiza. Pasó sus últimos años en una casita aislada, en Locarno, desayunando con pulmones de vaca crudos y escribiendo en la misma estruendosa máquina de palo de toda la vida. Apenas comía. Bebía leche y cerveza. Murió el 4 de febrero de 1995.
Aunque debe su fama a la novela y el cine, el talento de Highsmith como cuentista es innegable. Bastaría mencionar (y leer, por supuesto) dos de sus colecciones: Eleven (Once, también conocido como The Snail-Watcher and Other Stories, 1970) y Little Tales of Misogyny, 1974 (Pequeños cuentos misóginos), para confirmarlo. A este último y magnífico libro pertenece The Hand (La mano), cuyas dos primeras y célebres líneas inauguran la presente antología de cuento corto, "Mester de brevería", una expresión feliz del poeta Jorge Cadavid.

Triunfo Arciniegas
Pamplona, 27 de enero de 2011




Lea, además
DE OTROS MUNDOS

CUENTOS DE PATRICIA HIGHSMITH

FICCIONES