sábado, 30 de enero de 2021

Triunfo Arciniegas / Revolución


Triunfo Arciniegas
REVOLUCIÓN
Así iban por las calles, harapientos y ebrios, con sus consignas subversivas. El, descamisado y con los pantalones caídos, apenas sostenidos por una cuerda, y ella, desgreñada y con las tetas aire."El culo es de quien lo trabaja", gritaba el loco. "El hombre es mi terrateniente", respondía su mujer.

24 de enero de 2021


miércoles, 27 de enero de 2021

Triunfo Arciniegas / Leve sospecha

Mujer III
Willem de Kooning


Triunfo Arciniegas
LEVE SOSPECHA

La mujer dijo que no me engañaba con un elefante pero se le notaba el moco.

 

22 de enero de 2021






martes, 26 de enero de 2021

Kelly Link / Sobre la lectura

 



Kelly Link
SOBRE LA LECTURA


Había dos chicas en una habitación. Estaban leyendo un libro. Ahora hay dos lobos.

Kelly Link
Monstruos preciosos




lunes, 25 de enero de 2021

Kelly Link / Una pregunta


Kelly Link
UNA PREGUNTA
¿Cómo podría amarte? ¿Cómo podría amar a un fantasma? ¿Cómo podría amar algo que tengo que guardar escondido en mi bolsillo?

Kelly Link
Monstruos preciosos


domingo, 24 de enero de 2021

Kelly Link / Sobre casas e hijos

 


Kelly Link

SOBRE CASAS E HIJOS

Verás, no todo el mundo puede dar a luz su propia casa, sino que en general la mayoría de personas dan a luz a sus hijos. Y cuando tienes hijos necesitas una casa en la que meterlos. Así que, hijos y casas: la mayoría de las personas paren lo primero y se construyen lo segundo, es decir, las casas. Hace mucho, mucho tiempo, cuando un hombre y una mujer iban a construir una, primero hacían un agujero en el suelo y dentro erigían una pequeña habitación, una casa diminuta de madera de un solo espacio. Entonces robaban o compraban un niño para meterlo en la casita del agujero, para que viviera allí. Después, encima de la casita, edificaban su propia casa.

Kelly Link / Piel de gato


domingo, 17 de enero de 2021

Beta Valenzuela / Confesión

La penitente, 1884
Juan García Mártinez
Museo del Prado

Beta Valenzuela
CONFESIÓN

"Me acuso de serle infiel a mi pareja". Silencio, no hay reacción. Sigo hablando. "No sé cómo ha llegado a suceder, supongo que el trabajar juntas todo el día... ha hecho que lo que al principio no era más que una amistad se haya ido convirtiendo en otra cosa". Entonces el cura me interrumpe y se cerciora de que la infidelidad se ha producido con una compañera y lo le digo que sí, que ha escuchado bien, que he dicho compañera, con "a", como yo. Entonces se refiere a "mi problema" como si se tratara de "mi enfermedad" y yo me lanzo al ataque. "Porque tengo dudas. Porque Dios nos manda amarnos los unos a los otros como él nos ama. Y el nos ama al margen de cual sea nuestro sexo. Luego si Dios es capaz de amar a un hombre tiene que poder entender que una mujer pueda ser capaz de amar a otra mujer. Porque él no dice que nos amemos los unos a los otros pero con cuidadito de no hacerlo con alguien de nuestro mismo sexo, él dice, simplemente, que nos amemos los unos a los otros". Entonces el cura me explica la diferencia entre el amor físico y el amor espiritual. "Pero yo, padre, no soy capaz de diferenciar los límites. Porque no sé discernir si un abrazo puede formar parte del amor espiritual... y un beso en la frente, o en la mejilla. No veo a Dios delimitando las zonas en las que podemos besar a una persona para no traspasar la línea que separa el amor físico del amor espiritual". Dándose cuenta de que la cosa no es sencilla, me pregunta si yo, de verdad, quiero la absolución.


martes, 12 de enero de 2021

Beta Valenzuela / Pérdidas

 



Beta Valenzuela
PÉRDIDAS

Hace ya bastantes años, en una época en la que me dedicaba a follar sin pedir demasiadas explicaciones conocí a una chica, tres años mayor que yo, con quien tuve un affaire corto del que no me siento demasiado orgullosa. Tras unas semanas de tiras y aflojas me dejó, posiblemente por culpa mía. Durante un tiempo merodeé por los alrededores de su casa con la intención de cruzármela, cosa que nunca sucedió, y luego me dediqué a "googlearla". Así llegué hasta la chica número dos.

Hace ya bastantes años conocí a la chica número dos. Nos caímos bien y comenzamos a charlar hasta que, poco a poco, se me fue instalando no sólo en la cabeza. Tuvimos una relación rara, siempre en segundo plano. Teníamos otras historias porque pensábamos que, básicamente, éramos amigas aunque ambas éramos perfectamente conscientes de que nos deseábamos. Días, semanas, meses, años y "número dos" siempre estaba allí. La quería conmigo y, al mismo tiempo, quería protegerla de mi. Sabía que lo que yo podía darle no era suficiente. Supongo que fallé, no es nada extraño en mi. Me convertí en una decepción por miedo a la decepción, y puse un océano de por medio con una excusa falsa.

Pensé que sería fácil pero tampoco, en esta ocasión, estaba en lo cierto. Hoy, "número dos" ya no está. Intento consolarme con viejas fotografías, recordando lo que nos dijimos y lamentando lo que nos dejamos por decir. Y me falta. Soy un desierto.



viernes, 8 de enero de 2021

Ian Rankin / Sorpresa


Ian Rankin
SORPRESA
Traducción de Triunfo Arciniegas

Abrí la puerta del apartamento y ahí estabas, con el cuchillo en alto. De alguna manera te habías enterado de las fotos. Mi mandíbula golpeó el suelo.




SORPRISE
By Ian Rankin

I opened the door to our flat and you were standing there, cleaver raised. Somehow you'd found out about the photos. My jaw hit the floor.



viernes, 1 de enero de 2021

Anónimo / Las tres rejas



Anónimo
LAS TRES REJAS

El joven discípulo de un filósofo sabio llega a su casa y le dice:

–Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia…

–¡Espera! –lo interrumpe el filósofo–. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

–¿Las tres rejas? –preguntó su discípulo.

–Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

–No. Lo oí comentar a unos vecinos.

–Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

–No, en realidad no. Al contrario…

–¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

–A decir verdad, no.

–Entonces… –dijo el sabio sonriendo–, si no es verdad, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.