martes, 29 de marzo de 2022

Triunfo Arciniegas / Sastres perros

 




Triunfo Arciniegas
SASTRES PERROS

En medio del desfile, los sastres corren con hilo y aguja a remediar los descosidos del traje del tirano, que suele espantarlos a patadas, sin dejar de abrir los brazos al público enloquecido.

25 de marzo de 2022


martes, 22 de marzo de 2022

Anna Starobinets / El escarabajo





Anna Starobinets
EL ESCARABAJO


Absorta, la niña hurga algo que está en la mesa con un trozo de cristal verde. A su derecha hay un tarro sucio de mayonesa, por cuyo fondo se arrastran lombrices de tierra, escarabajos de color naranja y negro, y un enorme sanjuanero.
Saca un escarabajo del tarro y lo pone panza arriba encima de la mesa. Tiene las manos sucias y regordetas, y mugre por debajo de las uñas. Sacando la lengua fruto de la tensión, corta el insecto en dos a lo largo de la panza con el cristal.
—Pero ¿no ves qué has hecho? —le digo—. Has matado al escarabajo. Su mamá va a ponerse muy triste.
Me quito las gafas oscuras y la miro a los ojos. Con tristeza y un poco de reproche. Por fin, su rostro se arruga en un puchero. Las lágrimas gotean en la mesa. Frunce los ojos.
—¿Sabes qué puedes hacer para que su mamá te perdone? —le digo.
—¿Qué?
—Tragarte el cristal.

Anna Starobinets
Una edad difícil




domingo, 20 de marzo de 2022

Liudmila Ulítskaya / Descubrimientos



Liudmila Ulítskaya
DESCUBRIMIENTOS

Un día, mientras jugaba con los dedos y los labios de su amigo Borís, por cuya casa había pasado a copiar los deberes de matemáticas, Tania descubrió un objeto que no le pertenecía y que le interesó vivamente. A esa hora de la tarde, la puerta de la habitación de los padres de Borís se había quedado entreabierta y la ancha rendija luminosa con las dos sombras grandes frente al televisor parecían también formar parte de un juego, cuyas reglas observaban a la perfección, intercambiando réplicas que no tenían nada que ver con lo que estaba pasando. Aunque la sesión había comenzado con un cruce inocente e infantil de preguntas: «¿Lo has probado ya?», «¿Y tú?»; seguido de una proposición de Tániechka, que nunca había conocido una negativa: «¿Lo probamos?», la susodicha sesión acabó con una breve introducción, en el sentido literal y figurado de la palabra, del nuevo objeto de estudio.

En el momento culminante, desde la habitación vecina llegó una invitación intempestiva para ir a cenar y la continuación de la experiencia tuvo que ser postergada a un momento más apropiado.

Los siguientes encuentros tuvieron lugar sin presencia de los padres. Para Tania, lo más fascinante era la nueva conciencia del propio cuerpo. Descubrió que cada parte -los dedos, el pecho, el vientre, la espalda- estaba dotada de una sensibilidad diferente al contacto, que le permitía acceder a toda clase de sensaciones deliciosas, y esta experimentación compartida les proporcionó a ambos una fuente de placer inagotable.

El chico, un flacucho pecoso con unos enormes dientes salidos y boqueras en los labios, manifestó también un talento extraordinario, y en el curso de dos meses los jóvenes experimentadores, aplicándose con pasión desde las tres a las seis y media de la tarde, es decir hasta la hora en que volvían a casa los padres de Borís, asimilaron a la perfección todo el aspecto mecánico del amor, sin experimentar en el proceso la más mínima emoción que traspasara los límites de una colaboración práctica y amistosa.

Después surgió un conflicto entre los dos, se podría decir que de carácter profesional: Tania le cogió a Borís un cuaderno de geometría y lo perdió. Luego se lo comunicó muy despreocupada, sin pedirle disculpas siquiera. Borís, que era un chico meticuloso e incluso maniático, se lo tomó a la tremenda, no tanto por la pérdida del cuaderno en sí como por la total incapacidad de Tania para comprender la inconveniencia de su conducta. Ella lo tildó de pelmazo, él de mal bicho. Riñeron.


Ludmila Ulítskaya / Soniechka





viernes, 18 de marzo de 2022

Triunfo Arciniegas / Promesas



Francis Bacon


Triunfo Arciniegas
PROMESAS


Los pobres saltaron enloquecidos cuando el político les prometió la luna.

"Además de tierras y ríos de miel, nos ofrece la luna", se dijeron, conmovidos, al borde de las lágrimas. "Qué hombre tan visionario, tan audaz, el Mesías anunciado por las Sagradas Escrituras. Alabado sea el Señor. Y que se le caiga la lengua al que diga lo contrario."

Pero no hubo tales tierras ni ríos de miel ni luna, sino un tirano atornillado al poder.

No hubo sino miseria y desolación.

Los pobres, como perros muertos de sed en tierra ajena, le aullaron a la luna el resto de sus vidas.


16 de marzo de 2022

martes, 8 de marzo de 2022

Triunfo Arciniegas / Breve historia del apocalipsis





Triunfo Arciniegas
BREVE HISTORIA DEL APOCALIPSIS

Hitler y Stalin fornicaron, enredando sus húmedos bigotes, y engendraron a Putin. "Qué bella criatura hemos parido", se dijeron, extasiados.

4 de marzo de 2022



miércoles, 2 de marzo de 2022

Isaak Bábel / Venganza




Isaak Bábel
VENGANZA

Me abro paso hacia Leschniuf, donde se encuentra el estado mayor de nuestra división. Mi acompañante es el joven cosaco Prischchepa, vagabundo impenitente, comunista expulsado del que nacerá un contrarrevolucionario, un adicto de la sífilis y un embustero simpático. Lleva un capote grosella de paño ligero y un baschlyk de pluma que le cae hasta la espalda. En el camino me habla de él. Jamás olvidaré su historia.

Hace un año Prischchepa desertó de los blancos. Éstos, en venganza, tomaron a sus padres de rehenes y los asesinaron. Los vecinos cargaron con todos los bienes paternos. Cuando los blancos fueron expulsados de Kuban, Prischchepa volvió al pueblo natal.

Era una mañana, antes de la salida del sol. El aire tenía la acidez cálida del sueño de los campesinos. Prischchepa cogió un carro militar y recorrió el pueblo buscando gramófonos robados, cubas de kvass y los pañuelos bordados por su madre. Pasaba por la calle con un capote de paño negro y su sable curvo al cinto. El carro le seguía lentamente. Prischchepa iba de un vecino a otro, y sus suelas dejaban una huella sangrienta. En todas las isbas donde el cosaco encontró cosas de su madre o pipas de su padre, dejó viejas asesinadas, perros colgados encima de los pozos, iconos manchados con porquería. Los habitantes del pueblo fumaban sus pipas y seguían con turbia mirada el camino de Prischchepa. Los jóvenes cosacos huían a la estepa y contaban las víctimas. La suma iba creciendo; sin embargo, el pueblo callaba. Cuando Prischchepa terminó, volvió a la vacía casa paterna; allí colocó los muebles recuperados como los recordaba de su niñez, y mandó a buscar vodka. Se encerró en la isba, bebió dos días y dos noches, cantó, lloró y golpeó la mesa con el sable. La tercera noche el pueblo vio humo sobre la isba de Prischchepa. Achicharrado, deshecho, sin poder mover apenas las piernas, sacó la vaca del establo, le apuntó con el revólver al hocico y disparó. La tierra humeaba bajo él; un anillo de fuego azul salía por la chimenea y se desvanecía; en el establo se oía el bramido de los bueyes abandonados. El incendio resplandecía como un domingo. Prischchepa desató el caballo, saltó a la silla, se arrancó un mechón de pelos, los arrojó al fuego y se alejó al galope.

Isaak Bábel
Caballería roja