Manuel Moya
QUÉ VA A SER DE NOSOTROS
Confundido, vuelvo a la habitación y busco por todas partes. No puedo entender qué es lo que quiere de mí. Mi mujer me observa pero prefiere quedarse en la puerta, con el corazón en vilo. Dónde estás, pregunto. Grito, dónde coño estás. Nada. El lamento sigue y sigue como si saliera del suelo. No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas, suplica mi mujer a mis espaldas, por dios, Javier, no lo hagas. Ya ha pasado otras veces: tengo doce años, acabo de descargar la escopeta sobre mi hermano y estoy llorando, no puedo parar de llorar. Pero mi mujer me grita que vuelva, que por dios no lo haga, que tenemos dos hijas, que qué va a ser de nosotros.
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