Luisa Valenzuela
SURSUM CORDA
Hoy en día no se puede hacer nada bajo
cuerda: las cuerdas vienen muy finas y hay quienes se enteran de todo lo que
está ocurriendo. Cuerdas eran las de antes que venían tupidas y no las de
ahora, cuerdas flojas. Y así estamos, ¿vio? Bailando en la cuerda floja y digo
vio no por caer en un vicio verbal caro a mis compatriotas sino porque
seguramente usted lo debe de haber visto si bien no lo ha notado. Todos
bailamos en la cuerda floja y se lo siente en las calles aunque uno a veces
crea que es culpa de los baches. Y ese ligero mareo que suele aquejarnos y que
atribuimos al exceso de vino en las comidas, no: la cuerda floja. Y el brusco
desviarse de los automovilistas o el barquinazo del colectivero, provocados por
lo mismo pero como uno se acostumbra a todo también esto nos parece natural
ahora. Sobre la cuerda floja sin poder hacer nada bajo cuerda. Alegrémonos mientras
las cosas no se pongan más espesas y nos encontremos todos con la soga al
cuello.
Luisa Valenzuela
Aquí pasan
cosas raras
Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1996, p. 25
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