James George Frazer
POEMA MALAYO
Un poema malayo relata cómo una
vez había en la ciudad de Indrapoore un comerciante rico y próspero, pero que
no tenía hijos.
Un día que paseaba con su mujer
encontraron a una niñita de tierna edad y bella como un ángel. La adoptaron y
la llamaron Bidasari.
El mercader mandó hacer un pez
dorado y dentro de este pez transfirió el alma de su hija adoptiva. Después
puso el pez dorado en una caja de oro llena de agua, y la ocultó dentro de un
estanque, en medio de su jardín.
Con el tiempo la niña llegó a
ser una preciosa mujer. En este tiempo, el rey de Indrapoore tenía una reina
joven y hermosa que vivía con el temor de que el rey pudiera tomar una segunda
mujer. Así, sabiendo los encantos de Bidasari, resolvió la reina quedar
tranquila respecto a ella. La llevaron, engatusándola, al palacio y la
torturaron cruelmente; pero Bidasari no podía morir a causa de no tener consigo
su alma. Por fin, para que no la atormentaran más, dijo a la reina:
”Si deseáis que muera, mandad
traed la caja que está en el estanque del jardín de mi padre.’
De modo que trajeron la caja,
la abrieron y allí estaba el pez dorado en el agua. La muchacha dijo:” Mi alma
está en este pez; por la mañana sacad este pez del agua y al atardecer ponedlo
otra vez en ella. No dejéis por cualquier lado al pez, sino atadlo a vuestro
cuello. Si lo hacéis así, yo pronto moriré.’
De esta manera la reina agarró
al pez de la caja y se lo ató al cuello; aún no había terminado de hacerlo
cuando Bidasari cayó desmayada.
Pero al anochecer, cuando el
pez fue devuelto al agua, Bidasari volvió otra vez a la vida. Viendo la reina
que así. tenía en su poder a la joven, la devolvió a la casa de sus padres
adoptivos, que para salvarla de más persecusiones resolvieron sacar de la
ciudad a su hija. Por esto, construyeron una casa en un sitio desolado y
solitario y llevaron allí a Bidasari.
Vivía sola sufriendo las
vicisitudes correspondientes a las que soportaba el pez dorado donde ella tenía
su alma. Todo el día, mientras el pez estaba fuera del agua, ella permanecía
inconsciente; pero al anochecer, cuando ponían el pez en el agua, ella revivía.
Un día el rey fue de caza y al llegar donde Bidasari permanecía inconsciente;
quedó prendado de su belleza. Trató de volverla en sí, pero fue en vano. Al día
siguiente, hacia el anochecer, repitió su visita, pero todavía ella estaba
inconsciente; sin embargo, cuando la oscuridad cayó, ella volvió en sí y contó
al rey el secreto de su vida. El rey regresó a su palacio, cogió el pez que
tenía la reina y lo puso en el agua.
Inmediatamente Bidasari revivió
y el rey la tomó por esposa.