viernes, 30 de agosto de 2024

Mariana Enriquez / Sombra

Ilustración: Dr. Alderete

Mariana Enriquez

Sombra

El rumor decía que iban a rebelarse los espejos. Que dejarían de reflejarnos, es decir, que ya no reproducirían nuestros movimientos, ni nuestros gestos. El reflejo nos sacaría la lengua, cerraría los ojos cuando nosotros los abríamos, nos mostrarían la nuca en vez de la nariz. Y hasta podría aparecer una cara totalmente distinta a la nuestra en el espejo, para volvernos locos. Pero eso nunca sucedió y la desobediencia fue más sutil. Fueron las sombras quienes dejaron de reproducir nuestros movimientos. En muchos casos se atrasaban de modo que uno podía caminar varias cuadras sin su sombra, que se quedaba en alguna pared moviendo los brazos, haciendo una extraña danza de liberación. Por lo general las sombras permanecían cerca pero todos sus movimientos eran distintos, como si tuvieran vida y decisiones propias. No eran peligrosas: mantenían su condición de apéndice del cuerpo, aunque se temía una rebelión total de sombras y ahora el rumor era que, tarde o temprano, iban a adquirir volumen y entonces serían imparables como un ejército de dobles oscuros.

El año de la rata
Libros del Zorro Rojo / Ediciones Alboroto, 2021


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