EL FESTEJO
Los asesinos todavía festejan en el hotel de la playa. Por las ventanas arrojan zapatos y botellas de champaña aún repletas. La espuma rasga el aire y se desvanece en la arena. Mi madre y yo aguardamos en el monte. Una mujer desnuda corre por la playa. “No mires”, dice mi madre. Pero no puedo, hechizado por el bamboleo de los senos. Un disparo la derriba.
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