José de la Colina
EL FINAL DE NARCISO
En todas partes donde encontraba un espejo se detenía largo rato a contemplarse, pero su mala suerte quiso que un día encontrara un espejo vampiro, en el que se miró y admiró tanto rato que su mismo reflejo lo fue sorbiendo, nutriéndose de él y creando en el cristal su imagen cada vez más hermosa pero más evanescente, hasta que el Narciso de carne y hueso desapareció y desde entonces el espejo solo refleja una habitación sin nadie.
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