Fernando Iwasaki
VIOLENCIA DOMÉSTICA
Aunque hace tiempo que no le pego, el condenado
de su padre todavía desea venganza. Cuando recién nos casamos jamás me dio
miedo porque era un mequetrefe más
pendiente de sus libros y otras mariconadas. En esa casa no sabían lo que era
un hombre y por eso me tuve que imponer. Cuando estaba vivo era un gusano insignificante,
pero ahora me azota y me abofetea. Y encima el condenado se ríe.
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