Corro bajo la lluvia hacia mi casa. La mujer que soy desaparece. La niña de nueve años que jugaba y danzaba por su barrio mientras llovía, recupera en mí sus pasos. Con el regocijo de la infancia mis pies hacen fiesta en los charcos. Al abrir la puerta, mujer y niña cruzamos mojadas por el agua del presente y del pasado.
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