Fernando Iwasaki
DÍA DE DIFUNTOS
Cuando llegué al tanatorio, encontré a mi madre enlutada en las escaleras.
-Pero mamá, tú estas muerta.
-Tú también, mi niño.
Y nos abrazamos desconsolados.
-Pero mamá, tú estas muerta.
-Tú también, mi niño.
Y nos abrazamos desconsolados.
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