CONFESIÓN DE IRINA
Seré una esposa fiel y sumisa, pero no me pidas amor. Qué se le va a hacer. (Llorando.) No he querido ni una sola vez en la vida. ¡Oh, cuánto he soñado con el amor! Hace mucho tiempo que día y noche sueño con él, pero mi alma es parecida a un maravilloso piano cerrado cuya llave se hubiese perdido.
Antón Chéjov
Las tres hermanas
Barcelona, Bruguera, 1971, p. 116
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