TODAS LAS CLAUDIAS SON ASÍ
Al llegar al puente, le entregó el ramo de flores a Claudia. Mario, nervioso, miraba todos los lugares posibles, menos sus ojos. Claudia, por su parte, no retiraba la mirada del ramo. “Hay una abeja”, le dijo. Mario sacudió la rosa y el insecto salió volando. Claudia cogió el ramo. Se fueron agarrados de la mano a un café. Allí se besaron y se acariciaron. Se dijeron algunas palabras bonitas. Luego, fueron al cine, colocándose en las filas de atrás para jugar con sus manos. Tomaron una copa y se despidieron. Claudia miró el reloj. Este marcaba las 00:05. Se acercó al contenedor de basura y tiró el ramo. Ya se había acabado el día de los enamorados.
Daniel Jerez Torns
Relatos a través del microscopio
Bubok, 2010, 44 páginas
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