Beautiful Day Paco Martos |
Edgar Allan Garcia Rivadeneira
69
Tenía la mente clara, el corazón en carne viva y nunca pudo adaptarse a máscara alguna. Quizá por eso muchos sintieron su presencia como una afrenta o una provocación. Lastimarla era fácil pero nadie pudo jamás humillarla. Conocía a la perfección lo que significaba la dignidad porque su fortaleza venía de adentro. La noche en que la asaltó la nostalgia, saltó por la ventana con ganas de volar y sí, logró volar lejos, muy lejos. Solo su cuerpo quedó tendido abajo, como escuchando los latidos de la tierra.
Edgar Allan García
333 más 1
No hay comentarios:
Publicar un comentario