https://www.facebook.com/reel/536071581886576?fs=e&s=2dNYbT
Triunfo Arciniegas
LECCIONES DE VUELO
Llegó descamisado, descalzo, con las alas rotas, y no sólo se las remendé y se las planché para que se vieran bien bonitas, sino le arreglé la barba y los cabellos, le lavé los pies y le recorté las uñas, le di toda la ropa de mi difunto marido y le enseñé a montar en bicicleta. Le pregunté qué más quería, mi señor, qué le hacía falta. “El paraíso”, suspiró, contemplando el jardín. No dijo nada más, pero me pareció que era feliz. Me sentí afortunada, bendecida. Después de un santo marido, del mismo cielo me caía un ángel. Los dioses recompensan a las mujeres buenas. Luego de tantas lágrimas y la certeza de que dormiría sola el resto de mis días, andaba embobada y loca, escurriendo la baba. Levitaba. Yo, no él, que apenas trataba. Lo vi brincar y aletear en los pasillos, tropezar y caerse mañana tras mañana, riéndose. La negra María Luisa lo ayudaba a levantarse y él la llenaba de besos, agradecido. La muchacha le preparaba unos caldos de pescado espectaculares y él le besaba las manos milagrosas. Trapeaban juntos, lavaban las sábanas y las colgaban en las cuerdas, entre bromas, empujándose, fingiendo caídas y abrazándose. Qué feliz se veía. Qué estúpida fui. Qué ciega. Al final, se voló con la muchacha y me robó la plancha.
7 de junio de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario