Ilustración de Terence Wilde |
William Somerset Maugham
CUESTIÓN DE HONOR
1919.Un italiano, empujado por el hambre, llegó a Nueva York y a su debido tiempo consiguió trabajo por la calle. Estaba apasionadamente enamorado de su mujer a quien había dejado en Italia. Llegó hasta él el rumor de que su sobrino se acostaba con ella y la rabia se apoderó de él. No tenía dinero para regresar a Italia, pero escribió a su sobrino diciéndole que fuese a Nueva York, donde ganaría buenos jornales. El sobrino llegó y al día siguiente de su llegada su tío lo mató. Fue detenido. La esposa fue reclamada para el juicio y a fin de salvar a su marido confesó lo que no era verdad, que el muchacho había sido su amante. El hombre fue condenado a unos años de presidio y más tarde indultado. Su mujer lo esperaba. Sabía que no le había sido infiel, pero su confesión era para él una carga tan pesada para su honor como si hubiese sido verdad. Lo torturaba. Lo avergonzaba. Comenzaron las escenas violentas y finalmente, desesperada, en vista de que no había otra cosa que hacer, ya que ella amaba a su marido, le dijo que la matase. Y él le clavó el cuchillo en el corazón. El honor estaba a salvo.
W. Somerset Maugham
Carnet de un escritor
Plaza & Janes, Barcelona, 1961, p. 173
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