El novillero Antonio Hernández Fallas, 2009 |
Ernest Hemingway
LA CORNADA
Traducción de Triunfo Arciniegas
Maera permanecía inmóvil, con la cabeza entre los brazos y la cara en la arena. Sentía la sangre caliente y pegajosa, y sentía cada cornada. A veces el toro apenas lo golpeaba con la testuz, pero de pronto lo atravesó del todo con el cuerno y lo clavó en la arena. Alguien sostenía al animal por la cola. Lo insultaban y agitaban la capa ante sus ojos. Por fin el toro se apartó. Varios hombres levantaron a Maera y se lo llevaron corriendo hacia la barrera y, por una puerta al pie del palco de honor, hacia la enfermería. Dejaron a Maera sobre una camilla y uno de los hombres salió a buscar al médico. Los otros permanecieron a su alrededor. El médico llegó corriendo del corral, donde había estado cosiendo a los caballos del picador. Se detuvo a lavarse las manos. Se oía el intenso alboroto de los tendidos que estaban encima de ellos. Maera sintió que todo se hacía cada vez más grande, y luego cada vez más pequeño. Luego volvió a hacerse más y más grande, y de nuevo más y más pequeño. Luego todo empezó a correr cada vez más de prisa, como cuando en el cine se acelera la película. Luego murió.
Pablo Belando, corneado en Zaragoza |
Ernest Hemingway
THE HORN
Maera lay still, his head on his arms, his face in the sand. He felt warm and sticky from the bleeding. Each time he felt the horn coming. Sometimes the bull only bumped him with his head. Once the horn went all the way through him and he felt it go into the sand. Some one had the bull by the tail. They were swearing at him and flopping the cape in his face. Then the bull was gone. Some men picked Maera up and started to run with him toward the barriers through the gate out the passageway around under the grandstand to the infirmary. They laid Maera down on a cot and one of the men went out for the doctor. The others stood around. The doctor came running from the corral where he had been sewing up picador horses. He had to stop and wash his hands. There was a great shouting going on in the grandstand overhead. Maera felt everything getting larger and larger and then smaller and smaller. Then it got larger and larger and larger to run faster and faster as when they speed up a cinematograph film. Then he was dead.
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