Diego Muñoz Valenzuela
FINAL TRÉMULO
Sumergió la pluma y escribió un breve poema para despedirse, una especie de haiku. Se sacó los zapatos de tacón, la única prenda con que su creador la dibujó, y fue sumergiéndose lentamente en el mar de negra tinta donde estaba destinada a desaparecer.
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