Jairo Aníbal Niño
Caperucita y el lobo
El lobo entre los vapores de la borrachera mostró la larga cicatriz de su vientre y con voz aguardientosa dijo: Mi pena me ha lanzado a la pernicia y al vino. Mi desgracia es inmensa. Pero, ¿quién iba a malicia de la abuela? ¿Quién iba a pensar que en el sorbete de curuba hubiera echado un menjurje que me quitó las fuerzas? Impotente, sin poderme mover, vi cuando el cazador me abrió el vientre y sacó a Caperucita Roja a viva fuerza porque ella no quería salir, no quería abandonar me y se agarraba con sus manos de alabastro a mis entrañas y sin poder ayudarla di cuando se la llevaron a los empellones mientras ella lloraba de tristeza. Después me enteré de que la habían mandado muy lejos, a otra historia. Por eso, el nido que ella me dejó por dentro lo estoy llenando con vino.
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