El mensajero fue acuchillado treinta veces en el callejón de los ciegos, y el rey siguió divirtiéndose con los muchachos del puerto.
Bogotá, 28 de abril de 2025
El mensajero fue acuchillado treinta veces en el callejón de los ciegos, y el rey siguió divirtiéndose con los muchachos del puerto.
Bogotá, 28 de abril de 2025
Maneja el camión como loco, muerto de risa. Unas veces con sandías y otras con gallinas que dejan en el aire un reguero de plumas. El camión casi se voltea en las curvas, seguido por la polvareda. Así, vestido de blanco, cambia una llanta como si nada y se seca el sudor con el solideo, la ostia de tela que usan como sombrero todos los Papas, hasta los dueños de un camión. O se detiene en una tienda de la carretera a beber, con la misma prisa y sin una sola pausa, una jarra de cerveza.
-Tengo una misa -dice, pasando el antebrazo por la boca para limpiarse la espuma, como camionero que se respete.
Pregunta por la salud de dos o tres vecinos y, trepándose al camión con maromas de trapecista, arroja al aire una moneda que parece besar las nubes antes de caer dormida en el mostrador.
Y sigue su camino, solo, feliz, eterno.
24 de abril de 2025
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Zapatos en la ventana Bologna, 2025 Foto de Triunfo Arciniegas |
Fumo en la cama mientras se contempla desnuda en el espejo. Ni se le ocurre cerrar la ventana. Se acaricia los senos, se peina con los dedos, se come con los ojos. Gira hacia a mí, enredando sus piernas y manteniendo el dulce equilibrio de bailarina, y dice:
-Con este culo es imposible que no consiga marido.
Bologna, 3 de abril de 2025