lunes, 28 de marzo de 2016

Mario Goloboff / Tango



Mario Goloboff
TANGO

Aquel hombre bebió para olvidar a la mujer que amaba, y la mujer amó para olvidar al hombre que bebía.






jueves, 24 de marzo de 2016

Roop Kathak / Extemporáneo


Roop Kathak
EXTEMPORÁNEO

Se dice que existió un brahmán temeroso del pecado. Una vez Dios le sonrió de improviso y le preguntó:
- Dime, ¿qué puedo darte?
El brahmán se sintió tan confundido ante la súbita gracia que dijo a Dios:
- ¡Oh Benefactor!, no puedo pensar en nada. Lo meditaré y te responderé mañana. Debo consultar a mi mujer. Debo consultar a mis mayores.
Dios dijo:
- Está bien.
Al día siguiente, el brahmán se cansó de esperar. El Dios que le había sonreído no volvió a aparecer jamás.





miércoles, 16 de marzo de 2016

Iván Teruel / Amor filial




Iván Teruel

AMOR FILIAL

Hoy mamá nos dice que se pegará un tiro. Y es extraño, porque ella siempre amenaza con las vías del tren y además en casa nunca ha habido pistolas. Pepe y yo hablamos. Decidimos que él salga a comprarla mientras yo me quedo buscando una caja y papel de regalo. Pepe no tarda en regresar. Metemos la pistola en la caja y la envolvemos con delicadeza. Caminamos hasta la cocina. Nos asomamos a la puerta. Esto es para ti, mamá, decimos. Ella se vuelve. Y parece intuir lo que hay dentro, porque por primera vez en mucho tiempo da la sensación de estar feliz.




lunes, 7 de marzo de 2016

Luis Mateo Díez / El pozo



Luis Mateo Díez
EL POZO

Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.

Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.

Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.

En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior.

“Este es un mundo como otro cualquiera”, decía el mensaje.



miércoles, 2 de marzo de 2016

Manuel Peyrou / La confesión

Fotografía de Sofía Calle

Manuel Peyrou
LA CONFESIÓN

En la primavera de 1232, cerca de Aviñón, el caballero Gontran D'Orville mató por la espalda al odiado conde Geoffroy, señor del lugar. Inmediatamente confesó que había vengado una ofensa, pues su mujer lo engañaba con el Conde.

Lo sentenciaron a morir decapitado, y diez minutos antes de la ejecución le permitieron recibir a su mujer, en la celda.

-¿Por qué mentiste? -preguntó Giselle D'Orville-. ¿Por qué me llenas de vergüenza?

-Porque soy débil -repuso-. De este modo simplemente me cortarán la cabeza. Si hubiera confesado que lo maté porque era un tirano, primero me torturarían.