lunes, 29 de octubre de 2012

James George Frazer / El sol


James George Frazer
EL SOL

Los ojebways imaginaron que el eclipse significaba que el sol estaba extinguiéndose, y en consecuencia, disparaban al aire flechas incendiarias, esperando que podrían reavivar su luz agonizante.



domingo, 21 de octubre de 2012

Augusto Monterroso / El eclipse



Augusto Monterroso 

EL ECLIPSE

Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora. 
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo. 
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas. 
Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida. 
-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura. 
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén. 
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles. 









martes, 16 de octubre de 2012

Augusto Monterroso / La vaca



Augusto Monterroso
LA VACA

Cuando iba el otro día en el tren me erguí de pronto feliz sobre mis dos patas y empecé a manotear de alegría y a invitar a todos a ver el paisaje y a contemplar el crepúsculo que estaba lo mas bien. Las mujeres y los niños y unos señores que detuvieron su conversación me miraban sorprendidos y se reían de mí pero cuando me senté otra vez silencioso no podían imaginar que yo acababa de ver alejarse lentamente a la orilla del camino una vaca muerta muertita sin quien la enterrara ni quien le editara sus obras completas ni quien le dijera un sentido y lloroso discurso por lo buena que había sido y por todos los chorritos de humeante leche con que contribuyó a que la vida en general y el tren en particular siguieran su marcha.










jueves, 11 de octubre de 2012

Joseph Campbell / La astucia de Morgon-Kara


Joseph Campbell
LA ASTUCIA DE MORGON-KARA

Los Buriat de Irkutsk (Siberia), por ejemplo, afirman que Morgon-Kara, su primer chamán, era tan competente que podía atraer las almas de los muertos. Por ese motivo, el Señor de los Muertos se quejó al Alto Dios del Cielo, y Dios decidió poner a prueba al chamán. Tomó posesión del alma de cierto hombre y la metió en una botella, cubriendo la boca con la yema de su pulgar. El hombre enfermó y sus parientes mandaron por Morgon-Kara. El chamán buscó por todas partes el alma que faltaba. Buscó por el bosque, por las aguas, por los desfiladeros de las montañas, la tierra de los muertos, y al fin subió,"montado en su tambor", al mundo de arriba, en donde fue forzado a buscar por un largo tiempo. Entonces observó que el Alto Dios del Cielo tenía una botella tapada con la yema de su pulgar y reflexionando sobre esa circunstancia, cayó en la cuenta de que dentro de la botella estaba el alma que él había venido a buscar. El astuto chamán se convirtió en avispa. Voló hacia dios y le dio un aguijonazo tan fuerte en la frente, que le hizo quitar el pulgar de la abertura y la cautiva huyó. Antes de que Dios pudiera evitarlo, ya iba el chamán Morgon-Kara sentado en su tambor y camino a la tierra con el alma recobrada.





domingo, 7 de octubre de 2012

Fredric Brown / La respuesta


Fredric Brown
LA RESPUESTA

Dwar Ev soldó solemnemente la última conexión. Con oro.
Los objetivos de una docena de cámaras de televisión lo estaban observando, y el sub-éter se encargó de llevar por todo el Universo una docena de imágenes diferentes del acontecimiento.
Se concentró, hizo un gesto con la cabeza a Dwar Reyn, y se colocó enseguida junto al botón que establecería el contacto. El conmutador pondría en relación, de un solo golpe, todas las supermáquinas de todos los planetas habitados del Universo (96 billones de planetas), en un supercircuito que los transformaría en gigantesco super-calculador, gigantesco monstruo cibernético que reuniría el saber de todas las galaxias. Dwar Reyn habló unos instantes a los trillones de seres que lo observaban y lo escuchaban. Y, tras un breve silencio, anunció:
—Y ahora con ustedes, Dwar Ev.
Dwar Ev giró el conmutador. Se oyó un potente ronroneo, el de las ondas que salían hacia 96 billones de planetas. Se prendieron y apagaron las luces en los dos kilómetros que componían el tablero de control.
Dwar Ev dio un paso hacia atrás, respirando profundamente. 
Es a usted que corresponde hacer la primera pregunta, Dwar Reyn.
—Gracias —dijo Dwar Reyn—, haré una pregunta que nunca pudo ser contestada por las máquinas cibernéticas sencillas.
Se volvió hacia la máquina:
¿Existe un Dios?
La voz poderosa contestó Crin titubeos, sin el menor temblor.
—Sí, ahora existe un Dios.





sábado, 6 de octubre de 2012

Fredric Brown / Visita inesperada

Fotografía de Andre Kertesz
Fredric Brown
VISITA INESPERADA
El último hombre sobre la Tierra está sentado a solas en una habitación. Llaman a la puerta.

Fotografía de Chema Madoz
Fredric Brown
AN UNEXPECTED VISIT
The last man on Earth sat in a room. There was a knock on the door.